El Papel del Sueño en el Crecimiento Infantil"


¿Cómo afectará el sueño en el desarrollo físico y mental?

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No es nada nuevo que el sueño es fundamental para la salud de cualquier persona, pero todavía tiene más importancia para los bebés y niños. El sueño permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para su desarrollo físico y emocional. También les ayuda a tener una mejor actitud o comportamiento, y a estar de mejor humor y menos irritables. Además, les ayuda a mejorar su capacidad de aprendizaje, lenguaje y memoria.

Es por eso por lo que es tan importante que los padres vigilemos el sueño de nuestros hijos desde su nacimiento, pues dormir bien y las horas necesarias les beneficia en su crecimiento e inteligencia emocional en el futuro.

Desde pequeños, tenemos que ayudarlos a desarrollar buenos hábitos para dormir, inculcándoles una rutina que les permita tener una buena higiene del sueño. Solo de esta manera les aseguraremos un desarrollo físico, cognitivo y emocional saludable.

¿Por qué es importante el sueño para los bebés y niños?

 Aspectos en los que el sueño les influye:

  • El crecimiento físico. La hormona del crecimiento se segrega en mayor cantidad 1 hora después de iniciarse el sueño. Los niños que se despiertan mucho por la noche están en desventaja con respecto a los que duermen seguido durante más tiempo.
  • El desarrollo emocional. El sueño es imprescindible para un adecuado desarrollo emocional, cognitivo y social. Durante el sueño se segregan proteínas y hormonas que ayudan a madurar el sistema nervioso y a favorecer el desarrollo neuronal.
  • El comportamiento. Los niños que duermen bien se desenvuelven mejor y son menos propensos a problemas de conducta. Las rabietas, la falta de atención, la irritabilidad, la hiperactividad… pueden ser síntomas de un mal descanso.
  • El aprendizaje y la memoria. El cerebro consolida la memoria a largo plazo durante la noche. Cuando descansan bien, los bebés tienen una mejor predisposición para el aprendizaje, aumenta su facilidad para hablar y la capacidad para asimilar el lenguaje.
  • El rendimiento escolar. Los despertares frecuentes durante la noche suponen una disminución del rendimiento de los niños al día siguiente: sobre todo en actividades que exigen concentración y destreza.
  • El sistema inmunitario y el metabolismo. El sueño refuerza la respuesta inmune innata, la primera línea ante las infecciones. Además, dormir bien previene desórdenes metabólicos como la obesidad infantil, y reduce el riesgo de desarrollar adicciones en la adolescencia.

¡TENGA PRECAUCIÓN CON LA ALMOHADA!


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La Academia Americana de Pediatría (AAP) y otras organizaciones de salud infantil recomiendan que los bebés recién nacidos duerman boca arriba en un colchón firme y en una cuna vacía, sin almohada, mantas, peluches o cualquier objeto que pueda interferir en su respiración. Esto ayuda a reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) y promueve un entorno de sueño seguro. El uso de una almohada puede aumentar el riesgo de que el bebé se ahogue si su rostro se hunde en la almohada o se enreda en ella.

Además durante el primer año de vida:

Es desaconsejable el uso de almohada, porque el bebé duerme más cómodo sobre una superficie plana.
Durante los primeros meses y años de vida, los bebés aún están desarrollando su estructura ósea y muscular, incluida la columna vertebral. El uso de una almohada puede interferir con la alineación natural de la columna vertebral y comprometer su desarrollo adecuado.


Los bebés tienen una curva natural en la parte posterior de su cabeza, conocida como posición supina. Esto se debe a que pasan mucho tiempo acostados boca arriba durante los primeros meses, lo cual es la posición recomendada para dormir. El uso de una almohada puede empujar la cabeza del bebé hacia adelante o hacia una posición incómoda, alterando la alineación natural de la columna vertebral y afectando su postura.


¿Qué pasa si su hijo no duerme correctamente?


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Los niños que no obtienen suficiente sueño pueden experimentar una serie de problemas, como la irritabilidad, la hiperactividad y la falta de concentración. Esto, a su vez, puede tener un impacto negativo en su rendimiento académico y su capacidad para aprender y retener información.

Los Trastornos del Sueño Más Comunes  


Los trastornos del sueño son motivo de consulta frecuente en pediatría. Alrededor de un tercio de los niños y adolescentes experimentan problemas o trastornos del sueño en algún momento. Sin embargo, muchos de estos trastornos pueden estar infradiagnosticados. Entre los trastornos del sueño más comunes en niños se incluyen:
  • El Insomnio: caracterizado por dificultades para iniciar o mantener el sueño.
  • Trastornos Respiratorios Relacionados con el Sueño: como el Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño, que afecta a niños roncadores y puede estar relacionado con el aumento de tamaño de las adenoides y las amígdalas.
  • El Síndrome de Retraso de Fase: más común en adolescentes, donde los niños se duermen tarde y se despiertan tarde, lo que puede afectar su rendimiento académico debido a la somnolencia diurna.
  • Parasomnias: como el sonambulismo y las pesadillas.
  • Síndrome de Piernas Inquietas: un trastorno neurológico que puede interrumpir el sueño debido a la necesidad urgente de mover las piernas.



En conclusión, sueño adecuado desempeña un papel esencial en el desarrollo, el rendimiento académico y la salud general de los niños. La detección temprana y el tratamiento de los trastornos del sueño son fundamentales para garantizar que los niños crezcan de manera saludable y tengan un rendimiento óptimo en la escuela. Los padres y cuidadores deben estar atentos a las señales de alarma y buscar ayuda profesional cuando sea necesario para asegurar un sueño reparador y un desarrollo infantil saludable.


¡MUCHAS GRACIAS POR VUESTRA ATENCIÓN!💓






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